domingo, 16 de agosto de 2009

A las niñas les enseñan muchas cosas: Si un niño te pega, les gustas. Nunca trates de emparejarte los flecos. Y un día conocerás a un hombre maravilloso y tendrás tu final feliz.
Cada película que vemos y cada historia que nos cuentan nos implora que lo esperemos.
El giro del 3er acto: La declaración inesperada del amor... la excepción a la regla.
A veces nos concentramos tanto en el final feliz que no aprendemos a interpretar las señales, a diferenciar entre los que nos quieren y los que no... entre los que se van a quedar y los que se van a ir... y quizá el final feliz no incluye un tipo maravilloso.
Quizá el final eres tú, sola.
Recogiendo los pedasos y volviendo a empezar. Liberándote para encontrar algo mejor en el futuro. Quizá el final feliz solo consiste en seguir...
O quizá este es el final feliz: Saber que a pesar de todas las llamadas y corazones rotos... a pesar de todos los errores y las señas malinterpretadas... a pesar de todo el dolor y la vergüenza tú nunca, nunca, perdiste la esperanza.

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