lunes, 12 de julio de 2010


De vez en cuando la vida me sorprende con la guardia en baja y me golpea sin ningún pudor y las cosas me las tengo que terminar aguantando sola. Porque siempre estuve sola, porque aprendí a defenderme por mi misma, a no escuchar los gritos, las peleas, a intentar ser ciega.. pero algunas cosas son inevitables y terminan explotando. Y cuando explota, tiembla todo y retumba. Grité, pataleé, lloré, me la aguanté y también aprendí. Aprendí a crecer y ser fuerte, a que la vida nos da tesoros hermosos y tormentas que te inundan la casa. También me las arreglé para caminar debajo de la lluvia y no esperar que cese la tormenta sino arreglarmelas para hacer las cosas con la tormenta a cuestas. Saber que la vida es como un ring, donde hay que defenderse, ser duro y pegar. Donde se sufre y se pierde, otras se gana. Siempre corazón de guerrero y fuerza de león.

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